“Exitosos” ejecutivos y directores que destruyen valor

Francisco Armanet

Hace unos meses atrás tuve la oportunidad de conversar con el considerado gurú número 1 del liderazgo en el mundo, el profesor de HBS John Kotter. Ante una pregunta mía respecto de la evaluación y rendimiento de los ejecutivos, éste me dijo que en muchas compañías del mundo, la mitad de los gerentes podrían irse de vacaciones por 6 meses y nadie lo notaria.



Mi opinión es aún más drástica; en muchos casos, la mitad de los ejecutivos podrían irse para sus casas para siempre y el valor de la compañía aumentaría. En efecto, existen muchos gerentes “exitosos” que destruyen valor para sus clientes, empleados y accionistas y muy pocos lo notan. La pregunta que surge es ¿porqué siguen estos ejecutivos ocupando esas posiciones? La respuesta en parte está en los sistemas de incentivos y en las pobres y poco profesionales evaluaciones de desempeño que se hacen de los presidentes ejecutivos y gerentes generales y éstos de sus ejecutivos principales.

Muchas de las compañías que hoy día son calificadas de “exitosas”, son el resultado de la acumulación de múltiples acciones desarrolladas y ejecutadas durante años o décadas.  Algunas de estas compañías tienen una marca centenaria, otras desarrollaron un modelo de negocio tan particular o una estrategia tan extraordinariamente ganadora que los nuevos ejecutivos principales pueden cometer errores sistemáticos en el tiempo y las empresas siguen percibiendo gigantescos flujos de caja. Incluso muchas compañías, después del ingreso de un nuevo equipo incompetente, le siguen ganando a sus competidores y observan tasas de crecimiento de sus ingresos o utilidades mayores que los de la industria. Es como heredar una mina de oro eficiente pero en pleno proceso de expansión. A pesar de lograr extraordinarios resultados por Ebitda, lo concreto es que muchos gerentes “exitosos” destruyen valor.

“Brillantes” ejecutivos hipotecan el futuro de las empresas cuando no existen nuevos proyectos en desarrollo, cuando los grandes talentos emigran porque el ambiente de trabajo se transforma en un infierno o cuando la tasa de fuga de clientes aumenta de manera significativa porque la calidad de servicio se deteriora dramáticamente. Un directorio altamente profesional despediría a ese gerente, pero un directorio torpe que asiste solo para cobrar su dieta, lo premiaría con un bono suculento.

Evaluación de gerentes centrados solo en el Ebitda anual puede terminar premiando ejecutivos ineptos o despidiendo gerentes talentosos. Los directorios y todos aquellos quienes evalúan el desempeño, deben recordar la correcta cadena de valor del liderazgo de una compañía. Los directorios profesionales de empresas de clase mundial, junto con monitorear los resultados económicos, controlan con mucho más diligencia y periodicidad los drivers que explican esa rentabilidad. Después de la batalla somos todos generales, pero si los prestigiosos directores de La Polar hubiesen supervisado con celo y de manera independiente de la administración, el compromiso y motivación de los empleados y la calidad de servicio a los clientes externos, la podredumbre profesional de los ejecutivos de la multitienda hubiese quedado al descubierto y el fraude hubiese quedado en el intento.